Una agenda puede convertirse en una herramienta indispensable para ayudarnos a gestionar nuestras horas semanales y así sacar el máximo provecho del tiempo. Con un par de consejos, descubre cómo hacer de tu agenda tu gran aliada para afrontar el día a día.
La organización, tu mejor amiga
Por horas, por tareas, por orden de prioridad... encuentra el método que mejor se adapte a ti y a tu estilo de vida. Antes de ponerte a trabajar o estudiar, dedica 5 minutos a repasar las tareas del día anterior y comprobar las que están ya terminadas y las que todavía quedan pendientes. Con la ayuda de stickers o marcadores, te será más fácil identificarlas y moverlas de sitio o incluso de página.
Utiliza las reglas del color
Cada color simboliza un sentimiento, una emoción o una sensación. Ayúdate de ellos para clasificar los planes, tareas o reuniones según una jerarquía. Por ejemplo, el rojo es el color que más llama la atención y que mejor retiene nuestro cerebro. Utilízalo para remarcar aquellos eventos más importantes o aquellas tareas que debes hacer sí o sí. También puedes hacer uso de la "regla del semáforo", en rojo las tareas por hacer, en amarillo o naranja las que están ya empezadas y en verde, las terminadas. Como cada "maestrillo tiene su librillo", elige tu propio método y personalízalo a tu gusto.
Escríbelo, siempre
Aunque siempre tengas mil cosas en la cabeza, todo lo importante, ¡escríbelo! No dejes que la memoria te gaste una mala pasada y anota cumpleaños, citas y pensamientos en tu agenda. Recuerda, tu agenda son tus recuerdos sobre papel, y siempre irán donde tú los lleves.